Estimado lector, el artículo que está leyendo es la expresión de mi actual entendimiento sobre lo que la Palabra de Dios enseña. Es importante subrayar que se trata de MI entendimiento, y aunque lo defienda con cierta vehemencia, no lo veo ni pretendo que se vea como la única y definitiva interpretación, sino como una propuesta sincera fundamentada en las Escrituras.
Lamentablemente sucede que existen varias interpretaciones para un mismo pasaje bíblico. Esto hace que cada persona deba hacerse responsable de discernir y aceptar la validez de sus creencias. La misma Biblia nos anima a seguir el ejemplo de los bereanos ‘escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas son así’ (Hechos 17:10-12) Por eso, se necesita pedir en oración la opinión de Dios sobre el asunto que nos preocupa, a la vez que “escuchamos Su Palabra” al buscar y leer los pasajes relacionados, analizando su significado, y comprobando que las conclusiones que obtengamos sean plenamente convincentes a la luz de las Escrituras.
Especialmente en aquellos asuntos sensibles que puedan afectar decisiones importantes, es esencial que la conclusión a la que lleguemos nos permita actuar con una buena conciencia ante Dios, que estemos plenamente convencidos de cuál es Su voluntad. Por eso, si aún nos quedan dudas, hemos de pedirle confiadamente que nos ayude a resolverlas. Siendo así, podemos confiar en saber Su respuesta.
Finalmente, dado que cualquier interpretación de las Escrituras está sujeta a la imperfección humana, y que mi objetivo sincero es avanzar hacia el verdadero conocimiento bíblico, acepto y agradezco cualquier comentario basado en las Escrituras que complemente o corrija la información del artículo. Los comentarios puede realizarlos debajo del artículo. Para mensajes privados pueden utilizar esta dirección: usymbv@gmail.com
¡Qué el Señor le bendiga en su deseo de conocer y hacer Su voluntad!
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